A estar alturas todos conocemos las reglas esenciales del minimalismo:  líneas rectas, colores neutros, poca ornamentación y mucho espacio.  Si bien estas son las claves básicas, existen también otros detalles e ideas que vale la pena tener en cuenta.

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El estilo minimalista  utiliza ambientes monocromáticos. Una ruptura en el minimalismo puede estar dada por pintar una pared en un tono más subido que el resto de la ambientación.

Los espacios altos, tipo loft, con una segunda planta a la vista o entrepiso son excelentes receptores del concepto minimalista.

El minimalismo permite la mayoría de variaciones hacia el estilo zen y el orientalismo sin demasiado esfuerzo. El uso de muebles u objetos de estilo oriental son perfectos para acercarse a ambientes más eclécticos.

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El minimalismo se lleva perfectamente con edificaciones de arquitectura moderna.  Además  puede aplicarse a construcciones antiguas siempre que no sean rústicas.

El minimalismo va muy bien con las personas ordenadas dado que ofrece un orden estético que se apoya en la no acumulación de objetos innecesarios que perturben su visión.

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Fuentes: Estilo ambientación y La verdad