Los marcos y las molduras son elementos que suelen pasarnos desapercibidos pero que tienen la potencialidad de vestir nuestras paredes. Ya sea a partir del contraste, la igualdad de tonos o por medio de una selección realizada dentro de la gama cromática, lo cierto es que estos elementos pueden modificar radicalmente la percepción de una pared.

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Forma tradicional: La manera clásica nos trae unas paredes pintadas de algún tono y las molduras generalmente en blanco, marcando zonas en las grandes superficies. Resulta muy usual utilizar los marcos debajo de una moldura a modo de zócalo, o de otra manera, a lo alto de toda la pared.

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Más de dos colores: Los marcos son ideales para delimitar zonas, las cuales irían en distintas tonalidades de un mismo color, o en una diversidad de los mismos. En este punto es importante combinar bien los colores para obtener resultados agradables.

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Junto a papeles pintados: Las molduras podrían enmarcar  trozos de papeles, lo cual podría otorgar más diversidad de texturas a la pared. El papel debe ser compatible con la tonalidad de la pared, con el mismo color de fondo o de un mismo esquema tonal para no generar demasiado contraste.

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Todo de un solo color: Otra alternativa es la de pintar molduras y pared de la misma tonalidad. Esta opción da vida a un ambiente más discreto, pero el volumen le brinda un toque especial. Resulta una buena forma de no sobrecargar los ambientes.

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Fuentes: Pinto mi casa, Feminity, Decora Blog y Tecno Haus