Elegir los textiles correctos dependerá de qué es lo que queramos aportar o lograr en cada caso.  Para ayudarlas a hacer una buena selección, les dejamos estos consejos.

Unificar todas las estancias: Para generar sensación de orden y conseguir un espacio más sereno, una buena idea es buscar un hilo conductor que unifique las telas de toda la casa. Así, por ejemplo, si  se elige un color llamativo, lo más aconsejable es decantarse por  una base lisa. Si en cambio se quiere un estampado, lo mejor es inclinarse  por un tono discreto y de estampado pequeño (flores, cuadros, etc.)

Habitaciones amplias: Para que un espacio de grandes dimensiones resulte  más acogedor, las telas nos acercan varias soluciones.  Existen muchas  buenas sugerencias en este orden como por ejemplo  vestir las ventanas con juegos de cortinas y estores, elegir tejidos de tacto rico y aterciopelado o apostar por las tapicerías oscuras (siempre dentro de la paleta de los colores cálidos, como tostados, rojos y marrones).

Ampliar espacios pequeños:  Si se trata de cuartos pequeños será necesario inclinarse por telas lisas o con motivos pequeños. Las cortinas de texturas ligeras, como las organzas, los voiles, las batistas, la seda y el lino son alternativas perfectas  para rescatar la luz natural logrando así ampliar visualmente el espacio. Las telas lisas en tonos piedra y crudos son ideales para dar vida a ambientes despejados y crear sensación de mayor amplitud.

Otorgar profundidad:  El mejor truco para obtener  ambientes con profundidad es jugar con diferentes planos de color. Así, para un salón distribuido en “U”, una buena idea es colocar una tapicería más oscura en el sofá del fondo y tapizar con telas más claras las butacas o los sofás de los laterales, lo cual brindará mayor sensación de amplitud. Tapizar pequeñas piezas (butacas, puffs, sillones de un cuerpo) con telas estampadas también ayuda a enriquecer el espacio.

Imágenes vía: Decoración de salas, Decoración 2.0