En su cumpleaños número 3, mi hija soñaba con un castillo repleto de princesas y, sumada a su debilidad por el dibujo, me inspiré en el Arte para decorar el festejo del ansiado día que bautizamos: “El Castillo de Arte de Paz”. Eso si. No faltaron ni princesas ni papeles ni marcadores.

Para los invitados, pusimos carteles que señalizaban el ingreso a la fiesta.

Deseché la idea del mantel de buenas a primeras. Por què? Una mesa antigua blanca, contrastaba perfecto con el entorno y le daba un aire más romántico. Para tapar algunas suciedades dificiles de sacar recurrì al fabuloso papel crepe que se adapta a cualquier superficie. Un toque de movimiento natural a travès de las tiras del mismo papel aportaba un aire colorido al ambiente.


Para el centro de mesa elegí lápices artesanales (Puerto de Frutos en Tigre) y unos deliciosos arbolitos realizados puramente en papel (Papelera Palermo).

Los fanales de papel colgados del techo de la pèrgola no sòlo son sùper econòmicos (Puerto de Frutos, Tigre) sino que cambian la fisonomía de cualquier ambiente.

Dispusimos un enorme bastidor para que los niños se inspiren y dibujen lo que deseen. Aparte armamos una mesa de arte con todo lo necesario para que jueguen dibujando y luego los expusimos en vivo. Fue todo un èxito!

La pérgola fue el marco perfecto para decorar el cumpleaños y brindarle una cuota de alegrìa decorativa.

El Castillo de Princesas infaltable en la fiesta. Sobre la torta, por supuesto.

Un poco de todo: alfajores sobre panera de cardòn (la compré en un viaje a la provincia de Salta), cuadrados de limòn y budines de naranja y banana, entre otras delicias gourmet.

La foto final: los artistas con su gran obra de arte. Todos participaron y todos se divirtieron.

Ahora aguardo sus comentarios!!!