Muchas veces utilizamos los roperos como depósitos sin reparar en el orden o el buen gusto. Si quieres evitar que esto pase te sugerimos que no te pierdas esta reforma!

El punto de partida es un ropero súper desordenado y desprolijo. A pesar de contar con elementos que facilitan el orden como ganchos o barrales, el lugar se convirtió en un “juntadero” de elementos  sin sentido.

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Con unos simples detalles y una pequeña intervención se ha logrado reconvertir este espacio en un ropero regido por el orden y el buen gusto. ¿ Cómo se hizo?  Con un poco de pintura clara, ideal para dar amplitud, y con ayuda de ganchos, cajas, cajones y recipientes que colaboran con el orden.

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Fuente: Apartment Therapy