El gorrión de París supo descansar en esta casa de campo coqueta y llena de vida. ¿Qué les parece entrar y echarle un vistazo?

La casa de Edith Piaff nos recibe con una enredadera súper vivaz, una forma colorida y amena de darnos la bienvenida.

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Al entrar nos encontramos con una atmósfera bien rústica.  Paredes de ladrillo, vigas de madera sin tratar y pisos de barro ayudan a crear un perfecto estilo campo.

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En el comedor se respira un aire un poco más elegante pero decididamente campestre.

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La cocina mezcla detalles modernos con otros rústicos.  Aquí el minimalismo se da cita con la calidez de la madera y el barro para conseguir un espacio neorústico.

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El dormitorio principal sigue con el estilo de la casa.  Detalles blancos, fibras naturales, un dosel y puntillas ayudan a crear un espacio rústico con cierta inclinación romántica.

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El patio trasero es un rincón soleado que no puede quedar desaprovechado.  Un lugar hermoso para desayunar, no lo creen?

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Fuente: Un faro de ideas